Lecciones desde Argentina
OPINIÓN

Lecciones desde Argentina

Por: Eduard Victoria Gelabert.

En estos tiempos aplicar algo que va de acuerdo con la lógica se ha vuelto un acto revolucionario. No gastar más de lo que se gana es una regla básica en cualquier hogar, pero en las administraciones públicas de la mayoría de los países parece un concepto extraño y extravagante.

La inflación, que golpea con fuerza a la clase media, a los asalariados y a los más pobres, es el resultado de un Estado que se excede en sus gastos y pretende resolverlo imprimiendo dinero o endeudándose.

Es algo tan antiguo como El Imperio Romano, que colapsó cuando sus monedas dejaron de tener valor real: se emitían para sostener un ejército y mantener subsidios, sin un crecimiento productivo que respaldara esa emisión. El dinero perdió valor, la pobreza creció y el sistema se desplomó.

Cuando Javier Milei asumió la presidencia de Argentina, el país estaba al borde de la hiperinflación, con un 50 % de pobres, el dólar disparado, una sociedad hipertrofiada y paralizada por décadas de populismo peronista. Bastaron unos meses de disciplina en el gasto para estabilizar el peso, reducir la pobreza, generar crecimiento económico, recuperar la confianza de los inversionistas y lograr superávit fiscal. ¿Fue un milagro? No, solo se usó el sentido común: gastar menos de lo que se ingresa.

Ese éxito no ha sido aplaudido por los organismos internacionales, ni por los políticos populistas e intervencionistas del mundo, porque desmonta la narrativa asistencialista y desnuda la falsedad de que a mayor gasto, mas crecimiento y desarrollo.

Milei demostró que se puede salir del abismo sin subir impuestos ni repartir dinero ficticio, sino dejando atrás el dispendio y gastando de manera eficiente.

En la República Dominicana hemos visto una señal alentadora: el presidente Luis Abinader impulsó una Ley de Responsabilidad Fiscal con el compromiso de reducir el déficit hasta eliminarlo. Una decisión valiente en un escenario donde recortar gastos es impopular, pero que garantiza estabilidad futura.

El asunto está en la buena administración, y esta se logra adaptándose a lo que realmente se puede obtener: es arroparse hasta donde llegue la sábana. El Estado no es una fuente inagotable de riqueza, sino un consumidor voraz de los recursos que nosotros los ciudadanos generamos.

El Gobierno de Milei ha reducido la pobreza luchando de forma directa contra su causa: el gasto público excesivo y la emisión de papeles devaluados (emisión de dinero).

Al enfocarse en las causas del problema ha logrado en apenas un año y medio eliminar el principal generador de pobreza: la inflación. Encaminando a Argentina al crecimiento económico, sin deficit ni préstamos, de mas de un 5% para este año, el mas alto del mundo. Incluso ha aumentado el PIB per cápita de los argentinos.

Javier Milei ha demostrado que el principio fundamental de no gastar mas de lo que se ingresa es una lección que todos los gobiernos del mundo no solo deben aprender, sino, sobre todo, aplicar en sus políticas públicas.

"La austeridad es una de las grandes virtudes de un pueblo inteligente". Solón

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