Nagua, República Dominicana – El 4 de agosto de 1946, hace exactamente 78 años, la ciudad costera de Nagua fue sacudida por uno de los eventos sísmicos más devastadores en la historia de República Dominicana. Este terremoto, con una magnitud estimada de 8.1 en la escala de Richter, dejó una profunda huella en la memoria colectiva de la región.
En aquel fatídico día, a las 8:51 de la mañana, el suelo comenzó a temblar violentamente, desatando una serie de réplicas que sacudieron Nagua y sus alrededores durante varios minutos. La intensidad y la duración del sismo provocaron pánico y confusión entre los residentes, quienes se vieron obligados a abandonar sus hogares y buscar refugio en lugares más seguros.
El terremoto generó una serie de consecuencias catastróficas. Las estructuras de la ciudad sufrieron daños extensos, dejando edificios históricos, viviendas y negocios reducidos a escombros. Las vías de comunicación se vieron seriamente afectadas, dificultando el acceso y las labores de rescate.
La tragedia se agravó con un tsunami que golpeó las costas de Nagua y otras localidades cercanas, causando una devastación adicional y dejando una cifra alarmante de personas afectadas y desplazadas.
Se estima que el terremoto de 1946 causó la pérdida de cientos de vidas y dejó a miles de personas heridas y sin hogar. El impacto de esta tragedia fue tan profundo que ha quedado grabado en la memoria y la historia de la comunidad de Nagua hasta el día de hoy.
En conmemoración de este evento, los residentes de Nagua realizarán una serie de actos conmemorativos, honrando a las víctimas y recordando la resiliencia de la comunidad para reconstruirse y seguir adelante después de la tragedia.
El terremoto de 1946 en Nagua es un recordatorio de la importancia de la preparación y la conciencia sísmica en áreas propensas a eventos geológicos. Si bien no se puede evitar por completo la ocurrencia de terremotos, es crucial que las comunidades estén equipadas con planes de emergencia y medidas de prevención para mitigar los impactos y proteger la vida de sus habitantes.
A 78 años del trágico evento sísmico, Nagua rinde homenaje a quienes perdieron la vida y se compromete a seguir construyendo un futuro más seguro y resiliente. Que esta fecha nos sirva como recordatorio de la importancia de estar preparados y unidos para enfrentar los desafíos que la naturaleza pueda presentarnos.