Haitianos cargan el peso de la "obra gris" en la construcción
Economía

Haitianos cargan el peso de la "obra gris" en la construcción

En medio del endurecimiento de las políticas migratorias y la intensificación de las deportaciones, un nuevo estudio cualitativo del Instituto Nacional de Migración reveló el rol esencial –pero desigual– que desempeña la mano de obra haitiana en el sector construcción dominicano. 

El informe, divulgado ayer, muestra que los obreros de origen haitiano, en su mayoría indocumentados, continúan siendo mayoritariamente responsables de las labores más duras y menos especializadas, sobre todo durante la llamada "etapa gris" de las obras.

En esta fase inicial, cuando se cimientan las estructuras y predominan tareas como cargar bloques, mover escombros o cortar varillas bajo el sol, la presencia haitiana supera en muchos casos el 70 % y puede alcanzar hasta el 90 % de la plantilla, según testimonios recogidos por los autores del estudio. 

Ingenieros y maestros constructores consultados en Santiago, Santo Domingo y Bávaro-Punta Cana confirmaron que esta fuerza laboral migrante es preferida por su disponibilidad, bajo costo y resistencia física, aunque trabaja casi siempre en condiciones de informalidad, es poco estable e itinerante. Devenga pagas diarias que van desde los 750 hasta los 3,000 pesos.

En contraste, los obreros dominicanos y de otras nacionalidades, como la venezolana y colombiana, suelen dominar la fase de terminación, cuando se requiere mayor especialización para colocar cerámica, instalar sistemas eléctricos o pintar. Esta segmentación refuerza una división laboral que responde tanto a criterios de calificación como al estatus migratorio.

Alza tras la pandemia

El informe destaca que, aunque se carece de datos actuales precisos, todo indica que la cantidad de trabajadores haitianos en la construcción ha aumentado tras la pandemia del covid-19 y el agravamiento de la crisis en Haití. Las condiciones económicas, la violencia de bandas armadas y la inestabilidad política han empujado a miles a cruzar la frontera dominicana de manera irregular, y muchos terminan insertados en el sector construcción.

A pesar de que el sector es uno de los más dinámicos de la economía dominicana —aportó un 13.1 % del PIB en el 2024—, es el segundo con mayor proporción de trabajadores informales (86.3 %), después del sector agropecuario (86.4 %).

La brecha entre trabajadores formales e informales se ha ampliado después de la pandemia. El estudio encontró que, mientras en el primer trimestre de 2015 esta era de 232,407 trabajadores, en el tercer trimestre de 2019 ya alcanzaba los 297,507 trabajadores, ampliándose a 372,875 en el tercer trimestre de 2021. A partir de entonces —señala— la brecha entre los ocupados formales e informales en el sector construcción se ha reducido ligeramente, oscilando entre los 360,000 y 370,000 trabajadores. 

La Asociación Dominicana de Constructores y Promotores de Viviendas ha solicitado la regularización de al menos 87,000 trabajadores haitianos, argumentando que la falta de permisos de trabajo y las repatriaciones están afectando la estabilidad del sector construcción.

De acuerdo con el estudio citado, algunos contratistas utilizan la estrategia de transportar a los haitianos indocumentados hacia el lugar de la construcción para asegurar que puedan llegar a su destino sin ser interceptados por Migración.

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