Residentes de San Cristóbal claman “Dios cuídame” antes de salir a las calles por temor a la delincuencia
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Residentes de San Cristóbal claman “Dios cuídame” antes de salir a las calles por temor a la delincuencia

Desde finales del pasado mes de octubre, la provincia San Cristóbal se ha convertido en uno de los epicentros de la delincuencia que se registra en el país.

Las denuncias realizadas por residentes del municipio cabecera, identificado con el mismo nombre de la provincia, y representantes del sector empresarial, han provocado que los organismos de seguridad decidieran aumentar su capacidad de reacción ante los hechos delictivos.

Aunque parte de la población valora de manera positiva los esfuerzos policiales y militares, el temor entre los munícipes no ha desaparecido.

“A nosotros solo nos queda decir cuando salimos a la calle: Dios, cuídame. No sabemos en qué momento podemos ser asaltados o que nos puedan matar para quitarnos nuestras cosas”, dijo Jorky Montero, quien tiene dos años residiendo en los alrededores del centro de San Cristóbal.

Al conversar ayer con reporteros de este medio, Montero, al igual que otros moradores que laboran en el polígono central sancristobalense, dice no tener otra opción que apelar a la protección espiritual ante el auge de la criminalidad.

“Salgo a las 5:00 de la mañana de la casa y lo primero que uno dice es Dios, cuídame, por la incertidumbre…”, explicó.

Sin importar la claridad del día, los delincuentes asedian a los pequeños comerciantes.

“Uno tiene que cuidarse hasta saliendo del trabajo en plena tarde”, expresó otra persona que declinó identificarse, entrevistada por este medio durante un recorrido realizado por la zona.

“Solo pienso en mis hijos”

A pesar del contingente policial desplegado por avenidas principales, en los establecimientos comerciales persisten dos preocupaciones: la posibilidad de ser asaltados y la intranquilidad entre los empleados de recibir una mala noticia sobre sus familiares.

“Nuestros hijos salen y no sabemos si van a regresar a la casa con esta delincuencia que hay. Hasta que no avisan, no estamos tranquilos”, dijo Araceli Alcántara, quien tiene trabaja en un puesto de alimentos.

Precisamente, las personas consultadas laboran a tan solo kilómetros del centro de la ciudad, donde se encuentra la sede de la Gobernación y de la regional de la Policía, con asiento en San Cristóbal.

“Ofensiva contra delincuentes”

Un transportista que se identificó como César Cruz, considera que las autoridades han tenido un accionar leve y preventivo, razón por la cual estima que “deberían ser más ofensivos” en contra de quienes se dediquen a delinquir.

“(Los agentes) lo que están es apostados en las afueras de los pueblos. Es muy preventivo, es muy leve… Si ellos fueran un poco más agresivos contra la delincuencia, yo estoy seguro de que bajaría un poco más”, manifestó.

También entiende que la existencia de puntos dedicados al microtráfico de drogas en la ciudad y las demarcaciones aledañas, tiene una relación directa con el aumento de los hechos delictivos.

“Aquí todo el mundo sabe dónde está la delincuencia, de dónde viene la delincuencia, dónde están los delincuentes. Los puntos de droga tienen que ver…”, afirmó Cruz, quien dijo tener alrededor de 45 años habitando en la provincia.

“Por favor, denuncien”

Las autoridades locales exhortaron a la ciudadanía a completar el procedimiento de manera formal denunciando los casos de fechorías. “La Policía no es mago para adivinar dónde hay un hecho, sino que con las denuncias es que vemos dónde están las incidencias delictivas y nosotros podemos proceder a enviar mayores unidades a esos puntos”, afirmó Víctor Garcés, encargado regional de relaciones públicas de la Policía.

¿Cómo está el ambiente en San Cristóbal?

Armas automáticas, motorizados desplegados en las calles y camiones del cuerpo policial en las aceras, así se encuentra el territorio sureño.

Además, en la edificación de la institución encargada de la seguridad ciudadana, situada en la avenida Constitución, se pudieron observar diversos casos de personas que fueron procesadas por su presunta participación en hechos delictivos.

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