Fuente : Eduard Victoria
Hubris, palabra de origen griego que significa orgullo, arrogancia o desmesura. Los antiguos griegos empleaban este término para describir el comportamiento humano caracterizado por una desafiante arrogancia frente a los dioses, una ambición desmedida que, temeraria e insolentemente, creen poder obtener mucho más de lo que el destino le permite.
El síndrome de Hubris es un trastorno que se caracteriza por generar un ego exagerado, una arrogancia desbordante y una omnipotencia desmedida. Es un padecimiento muy común en reyes, gobernantes, grandes empresarios y políticos.
Características de los que lo padecen:
- Son prepotentes
- Rechazan a los que no son afines a sus ideas
- Tienen ideas fijas y preconcebidas
- Incapacidad de cambiar su comportamiento.
- Ego desproporcionado.
- Incapaz de aceptar los errores y las derrotas.
- Alejamiento progresivo de la realidad.
Se le llama la enfermedad de los poderosos; que al embriagarse de poder se convierten en "sabelodo", infalibles, ególatras, megalómanos, petulantes y narcisistas.
Son personajes que no entienden cuando hay que retirarse, que sus mejores tiempos están en el pasado, que no conciben que pasar la antorcha y despejar el camino para una nueva generación no es un fracaso ni un acto derrotista. Su soberbia ambición no le permite asimilar que eso es algo que lo enaltece ante el pueblo y la historia.
En la vida hay que tener sentido de la oportunidad. La oportunidad de si se está en condiciones de avanzar, y la oportunidad de saber que hay retiradas que son incluso mas exitosas que el propio trayecto de las victorias.