Nicauri Herrera está desesperada y en medio de todo eso no deja de preguntarse: ¿cómo puede estar bien una madre sin saber si su hija está comiendo, si tiene frío o si tiene miedo?, y no encuentra la respuesta mientras ora por la pronta aparición de su niña de 11 años, Willenny Lorenzo.
“Yo sé que ella está viva, yo sé que mi niña va aparecer, pero estoy destrozada. Solo puedo pedirle a las autoridades que por favor que busquen a mi niña”, expresó Herrera con la voz rota en un anuncio de llanto, durante una llamada telefónica con una periodista del Listín Diario.
Es que Willenny desapareció el jueves de la semana pasada en el sector Madre Vieja Norte, cerca de La Piña, en San Cristóbal, y su familia aseguró que la Policía Nacional solo ha hecho vagos intentos por encontrarla, mientras el principal sospechoso, un conocido de la familia, se encuentra preso.
Principal sospechoso
Según indicó la familia, aunque realizaron la denuncia hace una semana, es ahora cuando las autoridades han dado indicios de haber iniciado las labores de búsqueda de esta niña descrita por su madre describe como alegre, inteligente y activa.
No solo eso, aseguran que han llevado a cabo varios piquetes a las afueras de la estación en la que se encuentra detenido Juan Alberto Sánchez, última persona con la que Willenny tuvo contacto, para motivarlos a moverse.
De acuerdo con los familiares, la menor habría llegado el día de lo ocurrido cerca de las 7:00 de la mañana a la casa de su abuela, cuando está aún se encontraba durmiendo, lo que aprovechó y se comunicó desde su teléfono con Sánchez, quien era un amigo de la familia, y en los mensajes encontrados sin borrar son en los que él le pide que vaya hacia su casa y ella contesta con un “okay”.
“Ellos tenían una relación normal. Yo nunca vi nada extraño que me hiciera sospechar de que él le estaba haciendo daño a mi niña”, contó su madre, para agregar más adelante que ahora, una amiga de su hija le confesó que él acusado le decía cosas indebidas a Willenny, y le ofrecía dinero por ir a su casa y mostrarle sus partes íntimas.
Dijo la madre que en ocasiones, si se encontraban compartiendo y se daba la oportunidad de brindarle helados a los niños, pero que no existían excepciones ni nada parecido, y aseguró que la menor no acostumbraba a salir sola y ni a dormir fuera de su casa.
No estaba
En el relato de lo ocurrido, Nicauri contó que cuando la abuela, acostumbrada a atenderla en casa mientras ella trabaja, se despertó y buscaba sus calizos, ambas se dieron cuenta de que Willenny no estaba.
“Cuando nos dimos cuenta de que la niña no estaba en la casa, empezamos de una vez a buscarla. A preguntarle a los vecinos, a las amiguitas, a llamar a su otra abuela, al papá, a todo el mundo, pero nadie sabía nada”, detalló, indicando además, que al encontrar los mensajes, alrededor de las dos de la tarde, que les resultaron extraños fueron hasta Sánchez a preguntarle si había hablado o visto a la niña, y este lo negó rotundamente.