De televisores que se enrollan para guardarse y pasar inadvertidas a otras que giran para ponerse vertical. Son algunos de los inventos que más han dado qué hablar en las últimas ediciones del CES, la mayor feria de electrónica de consumo del mundo. En esta edición, que se celebra entre el 5 y el 8 de enero en Las Vegas, parte del protagonismo se lo han llevado unos aparatos que bien parecen sacados del futuro: las primeras televisiones que dicen adiós a los cables.
Durante los últimos días, al acceder a la web de la empresa de entretenimiento en el hogar Displace se podía leer el siguiente mensaje: “El 5 de enero de 2023, la televisión como la conocemos cambiará para siempre”. Lo que esta compañía se trae entre manos es un televisor inalámbrico OLED 4K de 55 pulgadas, que pesa unas 20 libras [unos 9 kilogramos]. “Cualquiera puede coger fácilmente la televisión y moverla de sitio”, afirma Balaji Krishnan, fundador y consejero delegado de Displace, mientras la levanta.
Pero si por algo destaca este aparato, es porque es completamente inalámbrico, por lo que no necesita enchufarse a una toma de corriente a través de un cable. En su interior, esconde cuatro baterías recargables que, según la compañía, garantizan una autonomía de un mes con un uso diario de la televisión de unas seis horas. Como las baterías se pueden insertar y extraer individualmente, en teoría se pueden cargar de una en una mientras el dispositivo sigue operativo. La innovación se paga, por lo que esta televisión tendrá un precio elevado. Displace afirma que saldrá a la venta en Estados Unidos a finales de 2023 por 2.099 dólares.
“Muchas compañías aseguran haber creado una televisión inalámbrica cuando, en realidad, lo que quieren decir es que han conseguido pasar de muchos cables a uno único”, afirma Krishnan. Para él, además de que este aparato carezca de cables, también es primordial que pueda ser transportado fácilmente e instalado en cualquier pared del hogar sin hacer agujeros. La propuesta de Displace es “una tecnología de vacío de bucle activo que permite ‘pegar’ la televisión en un muro como por arte de magia simplemente con acercarla a él y darle un ligero empujón”.
Krishnan imagina “un mundo con múltiples pantallas en las paredes que aporten un valor significativo a los consumidores estén donde estén dentro de los hogares”.” “Para conseguirlo, es importante rediseñar la televisión eliminando todas las frustraciones habituales y facilitando al máximo su instalación en cualquier superficie de la casa”, insiste. Además, varios televisores podrían juntarse para formar uno más grande con, por ejemplo, “una gran pantalla de 110 pulgadas”. “Si haces una fiesta, podrías juntar cuatro televisiones y, cuando termine, dividirlas de nuevo para llevarlas a diferentes habitaciones”, sugiere.
Esta televisión inalámbrica, además de ser táctil, puede ser controlada con la voz y por gestos con las manos. Mientras que un simple pellizco serviría para acercar o alejar la imagen, también es posible extender la mano y agarrar con ella lo que hay en la pantalla para arrojarlo a otro televisor Displace en el hogar. El aparato, además, incorpora un sistema de reconocimiento facial para identificar si un usuario se mueve de una habitación a otra y cambiar automáticamente lo que se está reproduciendo entre televisiones. La compañía destaca que un botón en la parte superior de la pantalla “permite desactivar esta función por motivos de privacidad”.
Un televisor que recibe vídeo de una caja
Displace no ha sido la única compañía que ha aprovechado el CES para mostrar un televisor de este tipo. LG ha presentado este miércoles OLED M, que tiene una pantalla de 97 pulgadas y puede recibir vídeo y audio desde un aparato que se puede colocar a unos 10 metros de distancia. “A diferencia de los televisores convencionales, donde todos los puertos de entrada para conectar dispositivos externos están ubicados en la parte posterior o en los costados, este viene con una caja Zero Connect separada que envía señales de video y audio de forma inalámbrica a la pantalla”, afirma la compañía, que no ha ofrecido muchos detalles sobre esta tecnología.
Ambos televisores son un ejemplo más de un ambicioso objetivo de las compañías tecnológicas: acabar con los cables. En 2021, startup rusa Reasonance mostró un prototipo de una televisión inteligente inalámbrica. En este caso, no funcionaba con baterías, sino que incorporaba una tecnología pensada para enviar la electricidad de forma inalámbrica desde un enchufe hasta la tele. Múltiples gigantes tecnológicos también exploran el potencial de este y otros sistemas para cargar todo tipo de terminales por el aire. Xiaomi, por ejemplo, presentó en 2021 una tecnología que supuestamente permite a los usuarios cargar a la vez varios dispositivos electrónicos de forma remota, sin tener que recurrir a los tediosos cables o soportes de carga inalámbrica.
Fuente: El País
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