Santo Domingo. -Hace cinco años Bárbara Plaza vino a República Dominicana de vacaciones, sin intención alguna de buscar trabajo y mucho menos residir en esta media isla caribeña tal como lo es su natal Venezuela, pero el destino se había empeñado en mostrarle que en este país caribeño comenzaría a cumplir todos sus sueños, incluso hasta encontrar el verdadero amor.
La historia corta: una amiga le aconsejó ir a una entrevista y ella aceptó. Bárbara, que venía de trabajar en la radio en Venezuela y en Panamá, enganchó de inmediato en “El Mismo Golpe con Jochy Santos”, que le sirvió de zapata para lo que vendría después.
De la radio pasó a la televisión, en Telecentro, donde permaneció un año, además de estar junto al staf de conductoras del programa “De Extremo a Extremo”. También fue parte del equipo del programa radial “Gozando con Luisín Martí”.
En la actualidad la actriz y comunicadora tiene una conciencia plena del trabajo que debe desempeñar en los medios de comunicación tiene una gran incidencia como parte del equipo del programa radial “Mujeres al borde” (Estrella 90) y conductora en “Más Roberto” (Telesistema).
Aunque le brillan los ojos y una sonrisa de oreja a oreja la delatan cuando se le pregunta si además de esas oportunidades había encontrado el amor en Santo Domingo, se limitó a responder que en República Dominicana había logrado realizar su sueño de ver brillar las luces del escenario, estar frente a las cámaras de televisión, trabajar en la radio y actuar tanto en teatro como en el cine.
“Me siento muy feliz, como mujer estoy atravesando una etapa que te conoces bien, que sabe lo que quiere y no quiere, y cuando llega esa paz a tu vida, la protege en un medio en donde exponerse mucho es cruel. Estoy muy bien y muy feliz, República Dominicana me ha dejado cosas muy lindas”.
SUS COLEGAS Y COMPATRIOTAS
A su llegada al país Bárbara celebró encontrar una comunidad de sus compatriotas residiendo aquí, pero su alegría fue mucho mayor cuando, de repente, se convirtió en compañera de labores de personalidades, que admiraba desde niña como La Beba Rojas, Daniel Sarcos y Elianta Quinteros.
“Para mí, quizás, fue más fácil iniciar desde cero, además de que estoy iniciando mi vida laboral, ellos, en cambio, son figuras muy conocidas en Latinoamérica y vinieron a comenzar de nuevo, por eso los admiro más como persona. Han sido un gran ejemplo para mí”, afirmó.
SU FILOSOFÍA DE VIDA
Bárbara no es de buscar controversias ni usar el morbo para llamar la atención, en momentos en donde es una práctica aceptada y valorada por las figuras para mantener vigencia. Tampoco no han faltado quienes le aconsejan a cambiar de comportamiento, porque en tiempos de redes sociales debes “montarte en las olas” y opinar de todo el acontecer farandulero para ganar vius.
La actriz y comunicadora venezolana no ha querido caer en esa trampa, aunque respeta y no objeta a quienes utilizan el recurso para llamar la atención.
Incluso, meses atrás, unas declaraciones suyas cuestionando el hecho de cómo la cadena Univisión victimiza a la dominicana Francisca Lachapel generaron la opinión pública de un conglomerado que reaccionó de igual manera.
“Excelente si es lo que les funciona a otras personas, pero Bárbara Plaza no creo que llegaría al punto de victimizarse, vender mi dolor, porque igual todos somos seres humanos y tenemos una historia. Vengo de una familia trabajadora, que tiene mucho valor en mi país y eso no significa que mi historia no sea válida, porque no viene de una familia pobre. En la vida todos sufrimos, pero no soy de las que están metiendo el dedo en “la llaga” cada vez para generar el morbo”, acotó.
De hecho, la suya también está rodeada de dolor, de tristeza, de impotencia… Sí, el solo hecho de inmigrante y vivir sola, lejos de su familia, a la que llama el mayor tesoro, además de no poder ir a Venezuela a enterrar a su padre en medio de la pandemia, darían para convertir la historia de Bárbara Plaza en un “culebrón” de Corín Tellado.
Bárbara estuvo sola en Santo Domingo, sin su familia, sin poder viajar a su país y visitar a su padre que sufría de cáncer.
En la última conversación que tuvieron le dijo: – Mañana hablamos mi chiquita-, sin imaginarse que horas después recibiría la infausta noticia de su fallecimiento.
Confiesa que hace unos meses fue que pudo hacer el luto, porque no pudo asimilar ni entender lo sucedido durante meses.
“No procesaba lo que me había sucedido. Hice todo lo humanamente posible para atender su enfermedad de mi padre, y cuando muere no lo pude despedir, eso fue un choque muy grande para mí, porque estábamos en medio de un confinamiento por la pandemia, y yo estaba sola aquí, y eso me dejó un vacío muy inmenso", contó a Listín Diario.
Luego agregó: "A pesar de que estaban sucediendo cosas maravillosas con mi carrera en este país, me sentía muy triste, por eso tuve que ir a terapias y hace un año pude hacer el luto y ya lo puedo conversar sin dolor”.
Fuente: Listín Diario